martes, 18 de enero de 2011

Personajes del Congreso de Angostura



Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios de Aguirre, Ponte-Andrade y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar

     (Caracas, 24 de julio de 1783 — Santa Marta, Colombia, 17 de diciembre de 1830) fue un militar y político venezolano de la época pre-republicana de la Capitanía General de Venezuela; fundador de la Gran Colombia y una de las figuras más destacadas de la Emancipación Americana frente al Imperio español. Contribuyó de manera decisiva a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Le fue concedido el título honorífico de Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela que, tras serle ratificado en Caracas, quedó asociado a su nombre. Los problemas para llevar adelante sus planes fueron tan frecuentes que llegó a afirmar de sí mismo que era "el hombre de las dificultades" en una carta dirigida al general Francisco de Paula Santander1825. Participó en la fundación de la Gran Colombia, nación que intentó consolidar como una gran confederación política y militar en América, de la cual fue Presidente. Bolívar es considerado por sus acciones e ideas el " en Hombre de América" y una destacada figura de la Historia Universal, ya que dejó un legado político en diversos países latinoamericanos, algunos de los cuales le han convertido en objeto de veneración nacionalista. Ha recibido honores en varias partes del mundo a través de estatuas o monumentos, parques, plazas, etc.

Juan Germán Roscio Nieves 

     Fue un abogado, periodista, escritor y político venezolano. Nació en San José de Tiznados (actual Estado Guárico) el 27 de mayo de 1763, y murió en Cúcuta (Colombia), el 10 de marzo de 1821. Fue redactor de La Gazeta de Caracas y del Correo del Orinoco, jefe del ejecutivo durante la Primera República de Venezuela y vicepresidente de la Gran Colombia.

Diego Bautista Urbaneja Sturdy 

     (Barcelona, 16 de diciembre de 1782 - Caracas, 12 de enero de 1856) fue un abogado y militar venezolano de la causa republicana. Fueron sus padres Manuel García de Urbaneja y Anastasia Sturdy de La Torre. Licenciado en derecho civil de la Real y Pontificia Universidad de Caracas. Para 1810, cuando se producen los acontecimientos del 19 de abril, se encuentra entre los participantes de las tertulias del regidor Valentín de Ribas y Manuel Díaz Casado donde el canónigo José Cortés de Madariaga exponía sus ideas emancipadoras. En consecuencia, Urbaneja apoya el movimiento de 1810 y se suma a los esfuerzos de la Sociedad Patriótica de Caracas en pro de la Independencia, que cristaliza en 1811. En 1812 es asesor de la Intendencia General de la Alta Policía, encontrándose entre los muchos patriotas que al caer la Primera República, van a las mazmorras de La Guaira. Sin embargo, al tiempo Francisco Javier Cervériz, comandante militar de La Guaira, lo deja en libertad por orden de Domingo Monteverde, bajo la garantía de José Rodríguez Barroso. En 1813, al ser restablecido el régimen republicano, se desempeña como síndico procurador del Ayuntamiento de Caracas; y se inicia como militar en las poblaciones de San Diego, Paracotos, Cúa, Charallave. Asimismo, en 1814 figura entre los que emigran a oriente ante el avance sobre Caracas de las fuerzas realistas (Emigración a Oriente).

Rafael Urdaneta

     La Cañada de Urdaneta, -actual Venezuela-, 24 de octubre de 1788 - París, Francia, 23 de agosto de 1845). Militar y político venezolano, prócer de la Independencia de Venezuela y presidente de la Gran Colombia.
     Su última actuación como político la realizó en 1845, cuando fue nombrado ministro plenipotenciario y enviado extraordinario de Venezuela ante el gobierno de España para entregar las ratificaciones del Tratado de Reconocimiento, de Paz y Amistad, celebrado en Madrid el 30 de marzo de ese año y aprobado por las cámaras del Congreso de Venezuela. Durante el viaje cayó enfermo y se sometió a un examen médico durante una escala en Londres. Los médicos recomendaron una intervención quirúrgica que Urdaneta aplazó para terminar su misión, pero a su llegada a París se agravó, y después de varios días en cama falleció el 23 de agosto de 1845. La integridad moral de Urdaneta llegó al punto de que al morir, a pesar de que como él mismo decía, dejaba como testamento una viuda y once hijos en la mayor miseria; pidió a uno de sus hijos que le acompañaba que devolviera al Tesoro Público los viáticos que no habría de utilizar si fallecía antes de concluir el viaje. Sus diversos méritos militares le hicieron merecedor de la Orden de los Libertadores de Venezuela y que sus restos fueran sepultados en el Panteón Nacional el 16 de mayo de 1876. En la actualidad, su nombre ha sido mantenido en Órdenes y condecoraciones, además de Municipios, vías y obras públicas, institutos educativos, Plazas, museos, Plantas Hidroeléctricas, Barrios, Urbanizaciones, Asociaciones, Puertos, Hospitales, Parcelamientos y Cooperativas.


Pedro León de la Trinidad de la Torre y Arrieche

     (Arenales, Estado Lara, Venezuela, 25 de junio de 1788 - †Yacuanquer, Colombia, 22 de agosto de 1822), fue un militar venezolano durante las Guerras de Independencia Hispanoamericana. Nacido en Arenales, se unió a la causa de la independencia en 1810 sirviendo en el ejército de Francisco de Miranda. Combatió en numerosas batallas. En 1822 fue nombrado Jefe del Ejército del Sur, cuerpo destacado para someter Popayán y someter la enconada resistencia de los habitantes de Pasto. Durante las campañas del Sur sirvió bajo el mando de Simón Bolívar, quien le encomendo durante la batalla de Bomboná que atacara a los realistas antes de que estos se posicionaran ventajosamente en la cima de una colina. Torres entendió mal la orden y al regresar Bolívar y observar que los españoles habían ocupado la posición mientras las fuerzas de Torres almorzaban enfurecido lo llamo indigno de servir a la patria y lo relevo del mando. Torres arrebatándole el fusil a un soldado exclamo que si no podía servir como un General le permitiera hacerlo como soldado. El Libertador le devolvió su mando, Torres comando a los batallones que atacaron frontalmente sufriendo grandes bajas y siendo el mismo herido y tomado prisionero por los españoles. Murio meses después por sus heridas en un hospital realista en Yacuanquer.

La Carta de Jamaica

     Fue el documento que Simón Bolívar escribió en Kingston el 6 de septiembre de 1815 , y el cual estaba dirigido a un inglés quien se presume pudo haber sido Henry Cullen, súbdito británico, residenciado en Falmouth, cerca de Montego Bay, en la costa norte de Jamaica. La edición en inglés de dicha carta tuvo el título de A friend y en castellano, Un caballero de esta isla. El texto más antiguo que se conoce es el manuscrito borrador de la versión inglesa conservado en el Archivo Nacional de Colombia Bogotá, en el fondo Secretaría de Guerra y Marina, volumen 323. La primera publicación conocida de la Carta en castellano apareció impresa en 1833, en el volumen XXI, Apéndice, de la Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador, compilada por Francisco Javier Yánez y Cristóbal Mendoza. No se ha localizado el manuscrito original castellano, ni se conoce copia alguna entre 1815 y 1883, salvo las 2 publicadas en inglés, de 1818 y 1825.

     Al llegar Bolívar a Kingston en 1815, contaba con 32 años. Para este momento llevaba apenas 3 años de plena responsabilidad en la lucha de emancipación, pues esta actividad la inicia a partir de la declaración del Manifiesto de Cartagena el 15 de diciembre de 1812. Durante este período desarrolló una intensa actividad militar. Primero, en 1813, con la Campaña Admirable, que lo llevó vertiginosamente en pocos meses a Caracas el 6 de agosto de 1813 para intentar la refundación de la República, empresa que termina en 1814, en fracaso frente a las huestes de José Tomás Boves. Luego de este fracaso regresa a la Nueva Granada, para intentar repetir la hazaña de la Campaña Admirable, acción que es rechazada por sus partidarios. Sintiéndose incomprendido en Cartagena de Indias, decide tomar el 9 de mayo de 1815 el camino de destierro hacia Jamaica, animado por la idea de llegar al mundo inglés y convencerlo de su cooperación con el ideal de la independencia Hispanoamericana. En Kingston vivirá desde mayo hasta diciembre de 1815, tiempo que dedicó a la meditación y cavilación acerca del porvenir del continente americano ante la situación de la política mundial.

      La Carta de Jamaica fue concluida el 6 de septiembre de 1815 en Kingston. En ella analiza Bolívar en una primera parte, cuales habían sido hasta ese momento los sucesos históricos en todo el continente americano en la lucha por la libertad. En términos generales, era un balance del esfuerzo realizado por los patriotas en los años transcurridos desde 1810 hasta 1815. En la parte central del documento se exponen las causas y razones que justificaban la decisión de los "españoles americanos" por la independencia. Posteriormente, termina con una llamada a la Europa para que coopere con la obra de liberación de los pueblos hispanoamericanos. En la tercera y última parte, profetiza y argumenta sobre el destino de México, Centroamérica, la Nueva Granada, Venezuela, Buenos Aires, Chile y Perú. Finalmente, culmina Bolívar su reflexión con una imprecación que repetirá hasta su muerte: la necesidad de la unión entre los países americanos. Aunque la Carta de Jamaica fue escrita nominalmente a Henry Cullen, está claro que su objetivo fundamental era llamar la atención de la nación liberal más poderosa del siglo XIX, Inglaterra, a fin de que se decidiese a involucrarse en la independencia americana. No obstante, cuando los británicos finalmente accedieron al llamado de Bolívar, éste prefirió la ayuda de Haití.

El Discurso de Angostura

     Discurso pronunciado por Simón Bolívar el 15 de febrero de 1819, en la provincia de Guayana, con motivo de la instalación del segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela en San Tomé de Angostura (hoy Ciudad Bolívar). En este documento Bolívar como jefe del Estado se dirige a los congresistas del país no sólo para expresar su opinión sobre lo que debía ser el proyecto constitucional a sancionarse, sino también una profunda reflexión sobre la situación que vivía Venezuela a fines de 1818. En relación al proceso de elaboración de dicho texto, el mismo se llevó a cabo fundamentalmente en su residencia de Angostura durante los últimos meses de 1818. Asimismo, no vaciló Bolívar en confiar los originales de este importante documento a Manuel Palacio Fajardo, estadista dotado de talento y erudición, para que le diera su opinión. En este sentido, Palacio Fajardo formuló algunas observaciones, que Bolívar acepto con humildad. El 15 de febrero de 1819, día fijado para la instalación del Congreso que el propio Bolívar había convocado, una salva de cañonazos, unidas a las aclamaciones del pueblo, señaló a las 11 a.m., la llegada del Libertador, jefe supremo de la República y de la comitiva que lo acompañaría a la sede del Congreso.

     En el discurso pronunciado durante casi una hora ante El Congreso de Angostura, el Libertador analizó de manera profunda la realidad de su tiempo, señalando la conveniencia de que las instituciones que surgieran en América a raíz de la Independencia, debían responder a las necesidades y posibilidades de estas sociedades, sin copiar modelos de tierras extrañas. Aunque se reconoce en este documento lo favorable del régimen federal para otras naciones; se sostiene que en el caso de Venezuela es preferible un Centralismo, basado en un Poder Público distribuido en las clásicas ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; resaltando la fortaleza del Ejecutivo. Sugiere también Bolívar que a estos tres poderes se agregue una cuarta instancia denominada Poder Moral, destinado a exaltar el imperio de la virtud y enseñar a los políticos a ser probos e ilustrados. Asimismo, concebía la idea de una Cámara Alta hereditaria, para mantener en ella la tradición edificante de los padres de la patria; lo cual no encajó muy bien con la letra del Poder Moral. En una demostración de gran ilustración el Libertador hace reminiscencias de Grecia y Roma y examina las instituciones políticas de Gran Bretaña y Estados Unidos, citando para esto a filósofos y políticos de la Enciclopedia y de la Revolución Francesa, para desembocar en la necesidad de instaurar un sistema republicano-democrático, con proscripción de la nobleza, los fueros y privilegios, así como de la abolición de la esclavitud. Otro aspecto al que dedicó una importancia fundamental en el proceso de consolidación de las repúblicas latinoamericanas, fue a la educación. En este sentido, para él educar era tan importante como libertar. De lo que se desprende su memorable sentencia: "Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades". Después de desarrollar otros tópicos relacionados con una visión sobre la grandeza y el poderío de la América libra y unida, cierra Bolívar su discurso con la siguiente exhortación al Congreso: " Señor, empezad vuestras funciones: yo he terminado las mías". Tras esto hizo entrega de un proyecto de Constitución así como del Poder Moral, a fin de que fueran estudiados por los diputados, añadiendo: "El Congreso de Venezuela está instalado; en él reside, desde este momento, la Soberanía Nacional. Mi espada y las de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a sostener su augusta autoridad. ¡Viva el Congreso de Venezuela!".

     Luego de pronunciar su discurso, Bolívar tomó juramento a los diputados y luego puso en manos del presidente del Congreso, Francisco Antonio Zea, su bastón de mando, renunciando con esto a su cargo de jefe supremo; lo que no fue aceptado por el poder legislativo, que por unanimidad se lo devolvió. El discurso efectuado por Bolívar ante el Congreso de Angostura, fue publicado (aunque incompleto) los días 20 y 27 de febrero y 6 y 13 de marzo en las columnas del Correo de Orinoco. También fue traducido al inglés por James Hamilton e impreso en los talleres de Andrés Roderick, en Angostura. En abril de 1820, circuló en Bogotá un folleto con el texto en español revisado por el propio Bolívar. Por mucho tiempo estuvo extraviado el manuscrito original que leyó el Libertador ante el Congreso de Angostura, hasta que en 1975 los miembros de la familia británica Hamilton-Grierson, descendientes de James Hamilton (quien lo había conservado en su poder) lo devolvieron a la nación venezolana.